Entre 500 y 600 niños de la capital asistieron a la eucaristía en la iglesia de San Pedro.
En este gran escenario municipal, los niños desarrollaron cinco juegos, el primero de ellos el de la momia, con el cual se transmitió a los niños «cómo necesitamos a los demás», el segundo juego que tuvieron que realizar fue el de conocerse, seguido de otro para el que debían de fiarse de las indicaciones de sus guías, mientras que el cuarto era el de adivinar objetos y el quinto el de adivinar pistas. La gymkhana estaba dividida en cinco grandes grupos que representaban los cinco continentes y los cuales iban consiguiendo las piezas para formar en un puzzle el logotipo de la jornada.
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