sábado, 14 de mayo de 2011

TESTIMONIO DE FE

Me llamo Mª Isabel Peco, tengo 19 años y soy de Ciudad Real.

Actualmente me encuentro cursando 2º de Magisterio de Primaria en la Facultad de Educación de Ciudad Real.

En mi tiempo libre además de salir con mis amigos, salir de fiesta,… como cualquier universitario, me dedico a intentar ayudar a niños y jóvenes a encontrar el camino a Cristo.




Testimonio


Aunque me he criado en una familia cristiana y he estado cercana a mi parroquia desde que hice la 1ª Comunión, nunca me lo había tomado como algo importante, lo hacia por hacer algo, sin ninguna motivación en especial. Pero después todo cambió.


Durante mis estudios de secundaria en el Colegio Salesiano Hermano Gárate, me apunté al Centro Juvenil Pozo Don Gil, al principio como todo lo que había hecho relacionado con la Iglesia no estaba muy involucrada, sin embargo gracias al esfuerzo que realizaron mis animadores y el párroco de mi iglesia, me fui interesando cada vez más y mi fe, que llevaba bastante tiempo estancada y apartada de mi, paso a tomar un lugar muy importante en mi persona, guiando y motivando mis actos, e inicié un acompañamiento espiritual con un sacerdote salesiano.


Estando en 1º de Bachillerato me confirmé junto con un grupo de jóvenes que habían sido mis compañeros tanto en el instituto como en el Centro Juvenil. Recuerdo que cuando se acercaba la fecha de mi Confirmación, estaba tan contenta por el paso que iba a dar, que no paraba de hablar de ello con mis padres, ¡Casi les vuelvo locos!


Después de ello, me involucré aún más con la Iglesia, comenzando al año siguiente como catequista en mi Parroquia “Nuestra Señora de Los Ángeles” en Ciudad Real. Hubo un momento en que me distancié un poco de Jesús e incluso abandoné mi acompañamiento espiritual, aunque no perdí las ganas de volver a encontrarle, por lo que aunque un poco distanciada continúe ayudando en mi parroquia como catequista y participando en un grupo formativo cristiano en el Centro Juvenil.


Durante los momentos de oración y reflexión que tuvieron lugar en el viaje a Roma organizado por el Centro Juvenil, me reencontré con Jesús y toda la ilusión que despertaba en mi volvió con él, así con todas mis ganas de seguir ayudando a los jóvenes del mismo modo que mis animadores me habían ayudado a mi, hablé con el responsable del centro para comenzar al año siguiente como animadora.


Este es mi tercer año como catequista en la Parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles, he comenzado mi labor como animadora en el Centro Juvenil Pozo Don Gil, participio en un grupo de fe con jóvenes más o menos de mi edad, estoy en el grupo de voluntariado juvenil de mi Parroquia y la Parroquia de San Pablo como responsable y he retomado mi acompañamiento espiritual.


Me alegro de no haberme rendido en el camino, aun en momentos de dificultad como es vivir en una sociedad reacia a todo lo que suena a religión, pues gracias a ello he encontrado algo que realmente me gusta y me llena, ayudar a los niños y jóvenes a no perder la esperanza y a buscar el sentido a sus vidas sin importar las dificultades, sin perder de vista que hay alguien que quiere formar parte de nuestras vidas, alguien que nos acompaña para que nunca estemos solos, que nos guía cuando no podemos encontrar el camino, que nos ilumina en los momentos de oscuridad, y que nunca nos abandona aunque nos olvidemos de él. Así es como lo siento yo y así es como quiero hacerlo sentir a los demás.

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